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Todo quedó en un gran susto, pero se mascó la tragedia en un partido de juveniles

En menos de un año el fútbol almanseño ha vuelto a vivir una situación dramática en un terreno de juego, esta vez en un partido de juveniles que se jugaba en el Complejo Deportivo y que pudo terminar en tragedia.

Se jugaba el partido correspondiente a la 11ª jornada de la Liga Juvenil Preferente entre los equipos EF Almansa-A y CDE Al-Basit, un partido que había comenzado con absoluta normalidad y en el que muy pronto (minuto 5) los almanseños se habían puesto por delante en el marcador.

Pero repentinamente, en el minuto 7, el fútbol se paró y pasó a ser lo menos importante en una tarde deportiva en el complejo almanseño. Los albaceteños intentaban reaccionar tras el gol encajado y se acercaban al área del equipo local. En ese minuto 7, el jugador número 7 del EF Almansa-A (ironías del destino) recibía un balonazo en el pecho, un balonazo que no parecía tener importancia puesto que la pelota no iba con demasiada potencia, la pelota salía a córner y en ese instante, Javier Ortuño, al que todos sus amigos y compañeros de equipo conocen como Torrente, caía desplomado sobre el terreno de juego.

Sus compañeros acudieron rápidamente para ver qué pasaba con Torrente y la tragedia comenzó a sobrevolar el Complejo Deportivo. El futbolista almanseño estaba inmóvil sobre el césped artificial y todos corrieron a socorrerle. Los primeros en llegar afortunadamente, fueron dos espectadores, uno de ellos padre de otro jugador del juvenil almanseño, miembros de Protección Civil que inmediatamente comenzaron a realizar las primeras maniobras de reanimación sobre el futbolista, junto a una joven que no pudimos identificar y que también se encontraba entre el público, con algún tipo de preparación médica o de enfermería. Su rápida intervención fue crucial para que el final de esta historia no sea un final trágico.

Lo primero fue colocar en la boca de Javier Ortuño la Cánula de Guedel para evitar que pudiese tragarse la lengua y avisar a los servicios de emergencia (112) para que acudieran al recinto deportivo a la mayor brevedad.

Fueron momentos durísimos, la confusión se mezclaba con la impotencia entre todos los chavales de ambos equipos y también entre el público y todos los que estábamos allí. La cosa era seria, pero Torrente parecía reaccionar a las maniobras practicadas sobre él. De pronto el corazón del futbolista dejó de latir en un momento realmente angustioso. Masajes cardiacos, respiración boca a boca… Javier volvía a respirar por unos instantes, alguien corrió en busca del desfibrilador que se encuentra en el Pabellón Municipal, a pocos metros de allí. El jugador volvía a entrar en parada cardiorrespiratoria y de nuevo la angustia… Los jugadores lloraban, los entrenadores lloraban… La situación era desesperante y los servicios de emergencias no llegaban.

Finalmente, y tras varias maniobras de reanimación, la UVI Móvil llegaba al Complejo Deportivo, habían pasado 7 u 8 minutos, pero fueron 7 u 8 minutos eternos para todos. La tensión iba en aumento, a nuestro recuerdo acudían las espeluznantes imágenes que vivíamos en el Paco Simón el día 1 de diciembre de 2018, cuando el jugador del Caudetano Álex Durán se debatía entre la vida y la muerte sobre el césped del estadio almanseño y ahora, nuevamente, volvíamos a presenciar otra situación idéntica. Los servicios médicos de Emergencias actuaban con celeridad y visto que el masaje cardiaco no resultaba suficiente, procedían a aplicar dos descargas con el desfibrilador.

Tensión, incertidumbre, impotencia, miedo… El silencio era absoluto, se mascaba la tragedia con un chaval de 18 años que había entrado sonriente al terreno de juego y que en esos momentos podía perder la vida. Finalmente y afortunadamente, las asistencias médicas lograron estabilizar a Torrente, el futbolista recobró el latido de su corazón y en el interior de la Unidad Móvil de Emergencias, los médicos terminaron de recuperar sus constantes vitales para trasladarlo con urgencia al Hospital General de Albacete.

A la hora de escribir estas líneas la situación de Javier Ortuño es estable y el peligro, al menos en primera instancia, ha pasado. Todo indica a que se quedará en un tremendo susto, pero una vez más, lo ocurrido en el Complejo Deportivo debería hacer reflexionar a quien corresponda, sobre la importancia de la presencia de las asistencias sanitarias en cualquier evento, sea o no deportivo, en el que pueda haber un mínimo riesgo. La fortuna quiso (otra vez) que esto ocurriese en Almansa, donde existe una base de del 112 que se encuentra además muy cerca de las instalaciones deportivas, pero algo parecido en poblaciones donde no se disponga de servicios sanitarios cualificados, podría acabar en una tragedia irremediable.

En cuanto al partido… Eso es lo menos importante. El trío arbitral y los dos equipos, lógicamente, acordaron suspender el encuentro en el minuto 7, por el momento sin fecha definida para su reanudación, pero eso insistimos, es lo de menos. Lo que de verdad importa es que Javier OrtuñoTorrente” se recupere completamente, a ser posible, sin secuelas por las varias paradas cardiorrespiratorias sufridas.

¡Ánimo Torrente!

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