Programa BALÓN PARADO 21-5-2018
Cuenta la leyenda que un día, desde tierras celtas, tierras de meigas y bruxas, llegaba hasta un pequeño núcleo urbano situado al sureste de Hispania un misterioso desconocido. Con el desgarbao natural que tienen los altos al caminar, este desconocido resultó ser un brujo del norte conocido en aquellos lares como “O Bruxo Padín”. “O Bruxo Padín” tenía un sueño y así se lo hizo saber al jefe de los pobladores de aquel pequeño núcleo urbano. Soñaba con un trono de plata que haría grandes a aquellas gentes y que pondrían el nombre de ese pequeño núcleo urbano en boca de todos los habitantes del reino. El jefe quedó maravillado con aquello y ambos se dispusieron a reclutar un pequeño ejército de hombres valientes, orgullosos y preparados para épicas batallas. A todo esto, desde un pequeño reino más allá del mar, el Reino Balear, aparecía también en aquel pequeño núcleo urbano un hombre grande en un cuerpo pequeño que después de conocer al Jefe y a “O Bruxo”, no solo creyó que el sueño era posible, sino que dijo saber cómo lograrlo. Este pequeño gran hombre balear, en realidad era un hechicero que, con una ensaimada y una pizarra, era capaz de vencer al más feroz enemigo. Conocido en el Reino Balear como “El Hechicero Perelló”, se unió a la causa.
El Jefe, “O Bruxo Padín” y el “Hechicero Perelló”, junto a un puñado de gigantescos guerreros extrañamente ataviados con un pantalón corto y una camiseta de tirantes, se preparaban para conquistar todo el reino y así, acceder al Trono de Plata. Pero eso no era suficiente, hacía falta algo más para lograr la gesta y fue en eso que llegó entonces un Druida venido de Levante. Contaban los caminantes, que el “Druida Giner” guardaba un secreto, una poción mágica con la que los guerreros que la tomaban se hacían invencibles. El “Hechicero Perelló” contó sus sueños al “Druida Giner” y éste no dudó en unirse a él para agrandar su propia leyenda. Pero hacía falta algo más, para vencer y conquistar el Trono de Plata necesitaban conocer a sus enemigos y anticiparse a cada estrategia que pudieran preparar para intentar frenar a los guerreros de este pequeño núcleo urbano.
Decían los lugareños que muy cerca de allí, al otro lado de una cueva que en ocasiones habían atravesado para llegar al mar, vivía un mago y vidente con poderes extraordinarios. El “Hechicero Perelló” atravesó la cueva y encontró al “Mago Sama”, como al resto de los protagonistas de esta historia, le contó sus sueños y el “Mago Sama” con sus poderes premonitorios, también quiso poner su magia y una bola de cristal en la que podían ver a los ejércitos rivales con antelación, al servicio del “Hechicero” y todos juntos se dispusieron a conquistar el reino.
Ya lo tenían todo. “O Bruxo Padín”, “Hechicero Perelló”, “Druida Giner” y “Mago Sama” convencieron al “Jefe Pascual” para emprender su aventura. Primero conquistarían toda una región, porque para acceder al Trono de Plata, sus guerreros tenían que superar antes una serie de pruebas impuestas por los dioses. Conquistaron la “Región Mancha” y después debían hacer lo propio con buena parte del territorio de ese reino. Llegaron a la capital y también la tomaron, pero además se hicieron con territorios de ultramar, izando su bandera en unas islas que se encontraban en el mar donde terminaba el mundo. La fama de los guerreros se expandió por toda Hispania y fue entonces cuando una alianza de ejércitos catalanes, cántabros y otros llegados desde las posesiones hispanas en el continente del sur, melillenses para más señas, intentaron ocupar el pequeño núcleo urbano del “Jefe Pascual”. Las batallas se sucedieron durante tres jornadas. Nadie hacía prisioneros y en uno y otros bandos las bajas se acumulaban. “O Bruxo Padín” realizaba sus ritos y daba queimada a los guerreros para mantenerlos con fuerzas. “Mago Sama” ponía su bola de cristal al servicio de todos para anticipar las estrategias de los rivales. “Druida Giner” ofrecía su poción mágica a los guerreros azules y éstos se sentían invencibles. Y “Hechicero Perelló” en su pizarra escribía extraños símbolos que lograban hechizar a sus soldados y también a toda la población que, entrando en trance, hizo temblar la tierra con sus gritos para que los enemigos sintiesen auténtico pavor cuando intentaban derrotarles. Y así, tres jornadas después, “Jefe Pascual” logró sentarse en el Trono de Plata, quien sabe si quizá pensando en uno de Oro y aquellos guerreros azules extrañamente ataviados, fue conocido como los “Perelló-Boys”. El Dream Team del Sureste de Hispania.
Hoy tenemos un programa especial, en el que vamos a hablar con y de un Bruxo, un Mago, un Druida y un Hechicero, que han protagonizado una extraordinaria historia en nuestro pequeño núcleo de población. Una historia que, desde ayer, es Leyenda.
Y desde el corazón de La Mancha, Don Lotario nos hablará hoy de este equipazo en otra de sus mágicas historias de la historia del baloncesto. O mejor dicho, nos hablará de dos equipos mágicos.